China rechaza el chip H20 de NVIDIA

China rechaza el chip H20 de NVIDIA por bajo rendimiento. El gobierno de Pekín y varios gigantes tecnológicos chinos han mostrado su descontento con la solución recortada que NVIDIA ofrece para esquivar las restricciones de exportación impuestas por EE. UU.

China

Un chip para China limitado para cumplir la ley

El NVIDIA H20 fue diseñado específicamente para el mercado chino, como una versión recortada de las GPU de alto rendimiento para inteligencia artificial. Su objetivo era cumplir con las restricciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, que prohíben la exportación de ciertos chips avanzados de IA a China.

Sin embargo, según Fudzilla, tanto las autoridades chinas como empresas como Alibaba y Tencent han evaluado el H20 y concluido que no está a la altura de las necesidades actuales en aprendizaje profundo, grandes modelos de lenguaje y sistemas de inferencia a gran escala.

Pekín presiona por soluciones propias

La respuesta de Pekín ha sido contundente. En lugar de aceptar el chip como una alternativa viable, ha intensificado su presión sobre las compañías nacionales para que desarrollen aceleradores propios de IA. El rechazo del H20 se interpreta como una señal clara: China no quiere depender de hardware capado fabricado por empresas estadounidenses.

Esto se alinea con la estrategia a largo plazo del gobierno chino, que busca alcanzar la autosuficiencia tecnológica en sectores clave como la IA, los semiconductores y la computación de alto rendimiento.

Consecuencias para NVIDIA con China

Este rechazo no es solo simbólico: pone en riesgo una parte sustancial del negocio de NVIDIA en Asia, y podría obligar a la compañía a rediseñar su estrategia o incluso buscar nuevos mercados donde vender el H20. Además, refuerza la narrativa de desacoplamiento tecnológico entre China y EE. UU., una tendencia cada vez más evidente en sectores estratégicos.

Conclusión

El caso del H20 muestra que adaptarse a sanciones no garantiza éxito comercial. NVIDIA intentó cumplir con la ley, pero no logró convencer al mercado chino. Esto podría acelerar la carrera de China hacia soluciones propias de IA, y redefinir el equilibrio del poder tecnológico global.


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